“Vivir así, es morir de amor, por amor tengo el alma herida, melaaaan- colíiiiiiiiia”, eso es lo que canta La Orozco cuando lava sus trastes, por que cada vez que lo hace prende su Ipod y pone esa y otras canciones similares para que la acompañen mientras le quita el cochambre a sus cazuelas y sartenes, para confirmar que con esas rolas, que salen de ese aparatejo ultramoderno e hiper chic, la han acompañado toda su vida, hasta convertirla en una arrastrada, una loca, en una despechada irredenta y comprobar que a sus platos si se les quita la mugre, pero a ella, la grasa de su corazón, ni con cloro se va, y eso después de tanto cantar “El me mintió” de Amanda o “Ese Hombre” de la D’alessio.
Porque el público lo pidió, regresa renovado aumentado, el espectá- culo más húmedo, arrastrado y ardido de Regina Orozco: “Canciones pa ́lavartrastes”, pa’locasydespechadas,
En esta ocasión la historia transcurre en una azotea cualquiera, donde Regina lava y lava sus tazas y cubiertos, a la par que nos cuenta sus fallidas historias de amor y de como no ha llegado el “indicado”. Con sus delirantes “anécdotas”, La Rejas nos canta lo agridulce, lo intenso, lo pasional, lo cursi, lo ridículo o lo sexoso del amor.

Los temas seleccionados para este espectáculo fueron escritos en los setentas, ochentas, noventas y son perfectos para expresar los sentimien- tos y emociones que fluyen en el corazón de Regina Orozco.

Canciones que interpretaron La Dúrcal, Dulce, La D’alessio, Yuri, Camilo Sesto, Flans, Timbiriche, Mijares, Marisela o Mocedades, entre otros... hacen de éste espectáculo un “fregadero” perfecto para lavar las penas del corazón.

Con músicos de primer nivel, dirigidos por el maestro Ricardo Mar- tín, la dirección de escena es de Ana Francis Mor y con los videos de Ximena Cuevas, nuestra Diva Irreverente, Regina Orozco, interpretará estas canciones con su estilo único y potente voz, para darnos una noche intensa, llena de risas ahogadas en lagrimas y hará que los presentes lleguen al delirio, a la catarsis para que se queden roncos de tanto can- tar y gritar con cada frase por el recuerdo de un ardido amor.

 

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